LA COMPRA DEL CACHORRO

Una serie de recomendaciones

(Tomado de la revista Todo Perros)

Tenga en cuenta que un buen criador selectivo de la raza somete a sus reproductores a una serie de pruebas belleza, carácter y salud que derivan en unas garantías ofrecidas sobre sus proles, y que suponen invertir ellos mucho tiempo y dinero, justo lo que no está dispuesto a sacrificar el que mercadea con perros sin ningún otro objetivo que el lucro personal falto de ética.

ocasiones, el precio de cachorros también refleja este contraste, y lo barato puede salirnos muy caro, con el agravante de que, en este caso, estamos hablando de seres vivos.

Ante todo plantéese qué es lo que desea, informándose con personas expertas, si es preciso, de los pros y los contras de las opciones a escoger: ¿macho o hembra? ¿perro de compañía, exposición o de guarda?

En este último caso lo mejor, desde luego, es que el cachorro posea un mínimo de cada una de estas cualidades, y recuerde que la buena convivencia viene dada por el carácter del perro y no por otra cosa. En este sentido, puede usted informarse sobre si los padres son perros equilibrados, y el criador tiene que poder explicarle el orden jerárquico establecido entre los cachorros a escoger.

En la parte estética, otorgaremos gran importancia la selección a la cabeza, elemento determinante de la tipicidad. Que el hocico del cachorro sea lo más ancho y cúbico posible, lo más parecido posible a la anchura de mejillas, que no han de prominentes. El cráneo tiene que ser estrecho y con una protuberancia en la cresta occipital semejante conjunto a la forma de una pera, que ahuyentará la posibilidad de un cráneo excesivamente plano en un futuro. El stop ha de estar bien marcado y las mandíbulas de ser anchas y no presentar un prognatismo demasiado marcado, que podría resultar excesivo dentro de su lógica evolución en aumento. Que la piel de los labios sea abundante, nunca estirada, y que no presente en la frente un exceso de arrugas que limita y afea la expresión. Los ojos tienen que ser oscuros (la pigmentación definitiva se alcanza pasados los dos meses de edad), no rasgados y a ser posible con los terceros párpados pigmentados (ver el capítulo La cabeza: la expresión de la raza). La máscara de los ojos y el hocico tiene que ser oscura e intensa.

Que el tronco sea corto compacto, de cruz marcada, extremidades rectas y paralelas las anteriores y bien anguladas las posteriores, todas ellas con buena sustancia y osamenta y los pies pequeños, de dedos prietos y arqueados (pie de gato) la cola de inserción más alta que baja y el cuello largo y elegante. Observemos al cachorro también movimiento.

Si escogemos un perro que su color sea más rojizo e intenso posible, desechando los amarillentos. Si, por contra, es atigrado, que el rallado sea numeroso y bien delimitado. Las manchas blancas contribuyen a armonizar el conjunto en proporción a su simetría, sobre todo en la cabeza.

Todo criador competente debe estar en condiciones de entregarnos fotocopias de las inscripciones de los cachorros en el LOE y / o fotocopias de los pedigrees de los padres. Dialogue cuanto sea necesario con el criador y establezca claramente, incluso por escrito, las bases de su trato. Un buen acuerdo consistirá en solicitar una garantía que cubra los primeros meses de vida sobre enfermedades incubadas y el año sobre las transmitidas genéticamente, periodo durante el que habremos contado con tiempo suficiente para detectarlas en su caso.

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